CASCAJARES

 

Alfonso Jiménez y Francisco Iglesias en una fotografía de 1995, con una de la primeras producciones de capones enlatados

La historia de Cascajares es la historia de dos jóvenes emprendedores, Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila y Francisco Iglesias, que con 19 años, contando con pocos medios económicos y muchas ganas de trabajar, comenzaron a gestar el proyecto “Cascajares”: una empresa basada en la transformación de productos agroalimentarios. Eran dos compañeros perfectos en un apasionante viaje, Francisco era la cabeza y Alfonso el corazón.

Estirando mucho todos sus ahorros, las 160.000 pesetas que pusieron de capital inicial, la primera idea empresarial fue la de comercializar un capón entero enlatado: lo que era una locura para muchos suponía un reto para ellos… y funcionó. Apostando por esta línea de innovación unida a la tradición recuperaron un manjar de la cocina zamorana, las crestas de gallo, preparadas confitadas en grasa de pato. Una utopía que parecía no tener posibilidades de éxito y que a día de hoy se puede encontrar en las mesas de muchos de los mejores restaurantes de todo el mundo. 

El éxito empresarial de Cascajares fue inevitablemente ligado con el personal. En 1998 Alfonso Jiménez recibió el premio “Empresario del año de la provincia de Valladolid”, otorgado por la Escuela de Empresariales de la ciudad. Durante ese mismo año el crecimiento de ventas y los beneficios permitieron mejorar las instalaciones de Cascajares, dejando atrás las naves alquiladas y las subcontratas a la hora de envasar y etiquetar productos. De Valladolid se trasladaron a la provincia de Palencia y con 30 millones de las antiguas pesetas crearon la primera fábrica de la empresa, en Villamuriel de Cerrato. 

Capones de Cascajares criados en semilibertadUn punto que tuvo muy claro Alfonso Jiménez, incluso cuando Cascajares no era nada más que un boceto en un papel, fue el de contar con la colaboración de personas con algún tipo de discapacidad. Para ello siempre ha contado en la fábrica con trabajadores con alguna discapacidad, física o psíquica, hasta llegar a día de hoy a casi un cuarto del total de la plantilla del obrador. Además, desde hace 25 años promueven y organizan una Subasta de Capones con carácter benéfico. Su objetivo es recaudar fondos (casi 1.600.000€ hasta el momento) a favor de alguna fundación con fines benéficos. Reconociendo esta inquietud solidaria en el año 2007 S.A.R. El Príncipe de Asturias entregó a Alfonso Jiménez el Accésit a la Responsabilidad Social Corporativa dentro del marco de los premios al mejor joven empresario de España. Toda su Obra Social se convirtió en 2011 en la Fundación Cascajares cuyo fin es la inserción socio laboral de personas con algún tipo de discapacidad.

Comenzó la expansión nacional y se abrió una red de distribuidores que empezaron a comercializar los productos Cascajares en las Islas Baleares, Cataluña, Asturias, Valencia, Madrid, Cantabria, Extremadura o el País Vasco, ampliándose poco después a todo el territorio nacional. Coincidiendo con esta eclosión de la empresa, en el año 2001 se le otorgó el premio “Empresario del año de Castilla y León” concedido por la Asociación de Jóvenes Empresarios de esa comunidad. 

En el año 2003 se anunció el enlace de SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias. Alfonso Jiménez y Francisco Iglesias no lo dudaron y ante la sorpresa de muchos se propusieron que Cascajares estuviera presente en algún plato del banquete de la boda. El reto parecía imposible, pero la ilusión y las cosas bien hechas suelen dar sus frutos. Así, en mayo de 2004 se celebró el evento y miembros de las casas reales y jefes de estado de todo el mundo tuvieron la oportunidad de probar como segundo plato del menú real el Capón de Cascajares. El éxito fue rotundo y supuso un punto de inflexión en la corta pero apasionante historia de la joven empresa. 

Alfonso Jiménez en una foto del año 2004, arrancando con la venta onlineEl crecimiento desde entonces fue meteórico y la fábrica de Villamuriel se quedó pequeña ante la gran demanda del mercado. Con una inversión aproximada de 1.200.000 euros se construyó la nueva planta de elaboración de Cascajares, situada en Dueñas (Palencia), y que se ha convertido en un referente en tecnología agroalimentaria de calidad. En 2009 el Ministerio de Agricultura reconoció a Alfonso Jiménez con el Premio Alimentos de España “por su espíritu emprendedor en una dilatada y atrayente trayectoria empresarial. Además de por la intensa actividad desarrollada en recuperar productos tradicionales y en aportarles mayor valor añadido, empleando técnicas innovadoras y elaborando alimentos de calidad y creativos”

Y el último reto, de momento, es el de la expansión de la empresa más a allá del Atlántico. El pasado 1 de enero de 2009 empezó a rodar el proyecto de Cascajares Canadá. Ante la dificultad de vender productos al continente americano por sus leyes arancelarias se ha apostado por fabricarlo allí mismo. Y la aventura empezó con buen pie, ya que el plan de negocio de Cascajares fue premiado por la cámara de empresarios de la región de Montegerie como el mejor proyecto de empresa del año. Sin duda una buena señal ya que superó en la votación a otras 50 empresas del sector.

El 30 de noviembre de 2011 y gracias a una inversión de 3 millones de dólares, inauguraron su propia fábrica de elaboración en Quebec, con la que ya pueden vender en todo Estados Unidos, y esperan asentar el proyecto Chef Brigade y Le Chef et Moi, nombres comerciales de Cascajares en Canadá.

En 2011 Cascajares fue elegida mejor PYME del año por la revista “Emprendedores” y han recibido multitud de premios y distinciones durante este tiempo. Por ejemplo en el año 2012 fueron reconocidos con el CECALE de ORO por la provincia de Palencia, galardón que sin duda supone un orgullo para todos los trabajadores de la empresa, el 90% procedentes de Dueñas, Venta de Baño o Palencia. Uno de sus proyectos, el Pavo de Acción de Gracias ya preparado con sus guarniciones que elaboraron junto con el chef José Andrés, les trajo una nueva alegría ya que fue galardonado con el premio Nacional de Marketing a la mejor PYME del año 2013.

En 2014 Alfonso Jiménez fue elegido presidente de Empresa Familiar de Castilla y León, una asociación sin ánimo de lucro, formada por unas cien empresas familiares, cuyo fin es el de defender a sus compañías como el motor de la economía productiva y la generación de empleo en la región.

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